¿Qué consideran cultura los jovenes?.

Arte, teatro, literatura, cine, música y otras expresiones han sido temas de todas las ediciones de Puertoculto.

Siria: Contemporánea de la danza en cuerpo y mente.

¿Unos pies y un cuerpo, que conocen parte de la técnica del ballet, bajan del Centro Municipal de las Artes.

Piñatas: "las esculturas sentenciadas".

Aunque las piñatas son populares en México, su origen es asiático.

“El sueño danzante del ‘folklor’” Julián Zamudio.

"El folklor es un arte, porque se dice que el arte es algo que expresa, como sentimientos o pasión; por eso mismo el folklor expresa emociones de igual modo".

Cultura "Sobre Cuatro Ruedas"

Se trata de un vehículo que nos remite a otros transportes particulares locales como la Auriga, o igual variaciones más internacionales como los taxis transformados llamados Gua Gua en Cuba.

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Barras y estrellas por la tarde



Son las 4:00 p.m., el sol está en la cúspide del cielo, el profesor está listo para su próxima clase. Llega su primer estudiante, un niño, quien lleva consigo un pequeño maletín; su semblante es serio. Saluda a su tutor y enseguida toma lugar; abre su estuche, saca unas partituras y comienza a armar su clarinete con profunda concentración.
            –"Hiciste tu tarea, ¿verdad?", pregunta el profesor y su alumno asiente con un movimiento de cabeza.
            Las melodiosas notas de The Stars and Stripes Forever (traducido en español como Por siempre barras y estrellas) llenan la Casa de la Cultura de la Universidad Autónoma de Sinaloa; en todas sus aulas se escucha al joven músico. Entona el primer párrafo de la patriótica marcha estadounidense y se detiene, el profesor le anima a seguir practicando.
            Las 4:30 p.m., dos chicos se unen al grupo; entran con un tono de voz alto, casi gritando. Saludan a su compañero y tutor; acercan dos asientos y un atril para compartir la partitura; uno de ellos la había olvidado en casa. El profesor sólo alcanza a suspirar por el descuido de su alumno; le ofrece, en cambio unas copias que tenía en su escritorio e indica que realicen un ensayo para su examen.
            Transcurren veinte minutos, los estudiantes son supervisados; el maestro se sienta junto a ellos, les escucha atentamente mientras aplaude para ayudarlos a marcar el compás. Pronto aparecen dos compañeros más, los últimos de la clase, que rápidamente comienzan a montar sus instrumentos. Un libro es ofrecido por parte del profesor, él está consciente del descuido de sus alumnos.
            Los jóvenes músicos entonan Por siempre barras y estrellas, cada uno con motivaciones diferentes: algunos desean emplearse en bandas de música regional sinaloense y otros anhelan formar parte de la Orquesta Sinfónica de la UAS. Aunque el recinto cultural tiene predilección por las melodías clásicas, el profesor anima a sus estudiantes a llevar cualquier pieza musical de sus gustos para practicarla en clase.
            A dispar, se escuchan decenas de notas; cada alumno practica a su ritmo y capacidad. No todos van en el mismo nivel de aprendizaje y el profesor reconoce que es imposible que los integrantes del grupo posean la misma habilidad; por ello, ofrece una enseñanza personalizada a cada uno. Y no sólo en cuestiones de práctica musical, sino también, en la adquisición de instrumentos de calidad.
            Son las 5:30 p.m., es momento de revisar la ejecución de los músicos. Un chico está confiado, él es parte de la orquesta; el pequeño niño duda por un momento, pero en ningún momento deja de ensayar.
            –"¿Ya te cansaste? Mira a tu compañero; fue el primero en llegar y en ningún momento ha dejado de tocar.

            La clase termina a las seis en punto. Los alumnos comienzan a desmontar sus clarinetes y a guardarlos en sus respectivos estuches. Se despiden efusivamente recordando que mañana se puede mejorar. El profesor se queda en su escritorio, deseando también impartir clases de saxofón, otro de los tantos instrumentos musicales que le gustan.

El camino de la cruz: estación por estación

La mañana del 3 de abril comenzó con un firmamento nublado, pero, para el momento en que se anunció la primera estación del Viacrucis pasadas las 10 a.m., pareciera que el mismo cielo se hubiese abierto para bañar la Catedral en un manto de luz dorada. Jesús es condenado a muerte. La representación de los últimos momentos de la vida de Jesús de Nazaret comienza en el atrio de la Basílica de la Inmaculada Concepción. El hermoso estilo arquitectónico barroco sirve como fondo ante la horrible dramatización del sufrimiento de un hombre, siendo azotado continuamente, a la vez que lleva sobre sus hombros una imponente estructura de madera. Jesús carga la cruz. Los cientos de personas reunidas en el lugar miraban en silencio.


            La multitud reza un padrenuestro y un avemaría, mientras el sacerdote guía las oraciones. El Jesús del pueblo continúa su camino, tolerando los insultos y azotes por parte de los soldados romanos. Jesús cae por primera vez. La multitud suelta un suspiro, los soldados continúan con sus gritos. “¡Apúrate!”, “¡No tenemos tiempo!”. El calor va en aumento, y se puede observar al hombre empapado en sudor, levantándose para continuar su camino con la cruz sobre sus hombros.

El trayecto de la cruz


La multitud va abriendo paso mientras continúa la ceremonia, permitiendo pasar a los actores, hasta el punto en que abandonan la iglesia y comienza el trayecto a través de una de sus calles aledañas. Jesús encuentra a su madre, María. La emoción en muchos de los feligreses es palpable, la atmósfera densa con sentimientos de tristeza y conmoción. Se repiten el padrenuestro y el avemaría, como se ha venido haciendo en cada una de las estaciones de la cruz, cada vez con más entrega y convicción por parte de los presentes. Pasan la quinta, la sexta estación, y el solemne recorrido continúa bajo el fuerte azote de los látigos y el aún más fuerte azote del sol.
            El joven, ataviado en su túnica blanca y portando en su cabeza la tradicional corona de espinas, continúa caminando, notándose cada vez más agotado. Han pasado ya cuarenta y cinco minutos desde el inicio, y se prepara para dar vuelta en la esquina entre la Catedral y el Palacio Municipal, para regresar al atrio de la iglesia. Jesús cae por segunda vez. Los gritos y azotes de los escoltas de Jesús se intensifican. Con la ayuda de una bondadosa mujer, y con todo el dolor del mundo, el hombre se pone de pie de nuevo, ante las caras consternadas de gran parte de la multitud.
            Es en este momento cuando un par de muchachos, armados con micrófono y guitarra, comienzan a entonar un hermoso himno religioso que contrasta bastante con la desolada escena frente a ellos. Posteriormente, el sacerdote que ha ido orando a la cabeza del grupo tomó el micrófono para dirigirse al grupo de creyentes reunidos ahí, que para ese momento ya había crecido a lo que parecía miles. Su discurso consistió en un esperanzador sermón sobre ayudar al prójimo. “Si Jesús mostró su mejor cara a aquellos que lo torturaron, todos nosotros podemos también hacer lo mismo cuando uno de nuestros hermanos necesita ayuda”. Después de esto, Jesús, seguido por toda la multitud, ingresó al atrio de la iglesia, esta vez por la entrada trasera. Había llegado el momento de la crucifixión.

En la cima de Gólgota


Jesús cae por tercera vez. Se le despoja de sus vestiduras, recibe más azotes y se le deja tirado en el caliente piso de concreto. El resto de la ceremonia, las estaciones de la décima a la decimoquinta, transcurren de manera continua, como el último acto de una obra de teatro. Jesús es acompañado por otros dos criminales, quienes son crucificados antes que él.
            Cuando llega el momento, el hombre es montado en la cruz en medio de los otros dos, entre gritos y burlas de los romanos y fariseos. Jesús es clavado en la cruz. “Si realmente eres el hijo de Dios, ¡Sálvate a ti mismo!”, “¿No que eras el Mesías?”, “¡Esto te pasa por decir locuras!”. Los gritos y reproches vienen de todos lados, y después de un rato el hombre en la cruz de en medio ya no puede soportarlo más. “Todo está cumplido… Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Jesús muere en la cruz.


            Hay un momento de silencio, seguido por efectos de sonido de truenos y relámpagos. Los soldados, vestidos en sus brillantes capas rojas, sienten un terremoto y se dan cuenta de lo que han hecho. María recoge el cuerpo de su hijo. Jesús es sepultado. De repente, otra canción comienza, la música se queda en el aire mientras el público reflexiona sobre lo que acaba de observar. La canción termina y la ceremonia llega a su fin, con la multitud esparciéndose, en preparación para el día en que su Mesías habrá de regresar. Jesús resucita de entre los muertos.

Zumba en Mazatlán: ¡Es hora de activarte!


Fue con esa frase inaugural que arrancó el evento masivo de Zumba alrededor de las 8:30 a.m., en la explanada Sánchez Taboada, mejor conocida por los mazatlecos como “la del clavadista”, el pasado domingo 29 de marzo.
            Poco más de un centenar de personas se dieron cita en el lugar; divertirse, cuidar su salud y sobre todo mostrar su pasión por el baile es lo que los mismos asistentes mencionaron que los motivó para asistir a esta Master Class. Los denominados “zumberos”, apodo cariñoso que se le da a las personas que asisten a las clases de baile Zumba, comenzaron a llegar desde temprano, cuando el sol apenas salía por el horizonte. Acompañados de familiares, incluso hijos, bajaban a la explanada donde se llevaría a cabo el evento.
            En el lugar, personal del gobierno municipal de Mazatlán montó un escenario donde los instructores de Zumba pertenecientes al comité de Danza Fitness de Mazatlán, encabezado por la bailarina Leticia Heras, mostrarían sus mejores pasos  para poner a bailar a todos los presentes. También se contaba con un módulo de atención donde profesionales de la salud realizaban revisiones generales, como toma de presión, temperatura, o chequeo de cualquier tipo de malestar.
            El evento se inauguró con unas palabras por personal del gobierno municipal, en las cuales mostraron su interés en promover la actividad física en los mazatlecos y crear una cultura deportiva, por lo que es importante la realización de este tipo de eventos en los que se puedan involucrar a familias enteras, con el fin de ayudar a la salud de las personas. Leticia Heras se dijo agradecida de poner su granito de arena para que las personas se involucren en actividades recreativas, donde puedan cuidarse y mantenerse con una buena calidad de vida.
            Después de que las personas comenzaron a bailar entre risas y gritos muy característicos de los zumberos, el sol comenzó a salir y el calor empezó a dejarse sentir. Los presentes sudaban pero eso parecía no importarles; la mayoría portaba lentes solares y algunos más bloqueador. Parecían ya estar preparados para cualquier circunstancia.
            Conforme los minutos pasaban, la energía continuaba sintiéndose. Después de una ronda de canciones, se detuvieron un momento para pasar a la rifa de regalos por parte de patrocinadores, entre los cuales estaban las tiendas más importantes del puerto en el ámbito deportivo. Entre los obsequios se encontraban ligas para ejercitar, mancuernas, balones de futbol, camisetas, cilindros para el agua, cortesías para spa y masajes relajantes, tenis deportivos, y  dos bicicletas.
            Entrevistando brevemente a algunos de los afortunados ganadores, estas fueron sus expresiones:
“Estoy contenta, yo solo venía a pasar un rato alegre y me voy con un regalo, ¡qué mejor!”
“Me encanta el zumba, por lo que no falto a este tipo de eventos, y ahora me voy a casa con una bicicleta para mi hijo, estoy muy feliz”
“Estos eventos deberían de hacerse todos los fines de semana, me encantaría”
            Además de las personas que salieron afortunadas por la rifa, también se entregaron regalos a quienes mostraron más pasión, al no salir en ningún momento de la explanada y bailar de inicio a fin.
            Al terminar, el personal que se encargó de organizar y difundir el evento se dijo asombrado por la respuesta de la gente. Se pudo observar la alegría que demuestran los zumberos cuando bailan, así como la determinación de no parar a pesar de las inclementes condiciones climáticas, donde el sol, combinado con la actividad física, hacía que la temperatura se sintiera como en los meses más calurosos del año. Se dio las gracias a todas las personas por haber formado parte de esta Master Class de Zumba, dejando fecha abierta para la realización de la siguiente, que será pronto.



            El evento llegó a su fin con el sol en lo más alto del puerto, los aplausos al unísono de quienes habían disfrutado alegres de la clase masiva, y por supuesto de quienes llegarían a casa con un obsequio como premio a su pasión al bailar, además de servir como incentivo para que continúen cuidando su salud y no dejen de hacer eso que tanto les gusta: ¡Zumba!.

            “Nosotros como instructores tenemos que motivar a la gente, estamos capacitados para ayudar a mejorar la salud y sobre todo hacer que la gente se divierta con nuestras clases. Tenemos que incentivar la cultura por cualquier tipo de deporte, dejar atrás el ocio y activarnos. Si yo puedo ayudar a mi gente con lo que más me gusta hacer que es bailar, sin duda alguna lo haré.” Fueron las palabras con las cuales Leticia Heras finalizó el evento.

Mini desfile de carnaval para los turistas en Semana Santa

El Gobierno de Mazatlán quiso darle una probada de lo que es el carnaval a los turistas que visitaron el puerto en Semana Santa. Un desfile con los carros alegóricos de la anterior celebración carnavalera recorrió la Avenida del Mar, desde la Av. Rafael Buelna hasta la Miguel Alemán, el jueves por la noche.
 
El alumbrado público se apagó cuando el desfile estuvo cerca. No había tanta gente como en carnaval, pero turistas y porteños estaban en espera de su llegada. Justo a las 8:12 de la noche, las luces del malecón, a la altura de la Playa Norte, se apagaron.

Los edificios y unos cuantos restaurantes apagaron las luces también para poder disfrutar del espectáculo. La gente que estaba sentada en la banqueta tomándose fotos o platicando se puso de pie para disfrutar el mini desfile. Por supuesto que no era un ambiente como el de carnaval: El aire no estaba tan frío, la gente no estaba amontonada, los turistas apenas se escucharon hablar cuando pasó el primer carro.


 “¡Está más bonito el siguiente!”, gritó una niña que aparentaba la edad de 8 ó 10 años asomándose para ver el segundo carro, su hermanita estaba concentrada viendo la enorme figura de una mujer rumbera. El papá le tomaba fotos con el celular. Se trataba de una familia que venía de Los Mochis: Papá, mamá y dos niñas menores de 12 años.

Los espectadores estaban la mayoría en silencio, tomaban fotografías y observaban los monos luminosos junto a los jóvenes que venían arriba de los monigotes bailando música alegre, que, por cierto, no eran los mismos que habían desfilado en esos carros en carnaval.

Un pulpo color rosa y con los ojos saltones, tocando tres instrumentos musicales diferentes con sus tentáculos: timbales, guitarra y maracas. Sobre él venían dos muchachas y dos hombres bailando al ritmo de la música que el pulpo aparentaba tocar. Era uno de los más bonitos y a las niñas las emocionó, saltaban señalándolo.

“¡Tómale foto papá!”, gritaba la que oscilaba entre 7 y 8 años, el color rosa es lo que le debió atraer más.


Le seguían unas enormes notas musicales de color rosa también, simulando un árbol que, en vez de hojas, tenía notas musicales, bastante colorido, con tanta luz que hasta se veía alegre, como si fuera un mundo de música.

El tercero más llamativo –según los señores de Durango que veían con tranquilidad el desfile– era el de una enorme calavera que cargaba dos bajos negros con morado a los costados. A las niñas de Los Mochis les gustó más la bruja de la Bella Durmiente: Maléfica, una figura que hasta le daba parecido a Angelina Jolie en su caracterización del mismo personaje.  


Tardó más la gente en ponerse de pie que el desfile en pasar; fueron solamente seis carros. Claro que a los turistas les encantó, pero a los mazatlecos que estaban presentes los dejó con ganas de más, aunque  ya conocían bien los carros. Aparte de desfilar en carnaval, el alcalde Carlos Felton tenía tres en exhibición afuera del palacio municipal.



¡Felices 209 años, don Benito!

En conmemoración al 209 aniversario del natalicio de Don Benito Pablo Juárez García, mejor conocido como Benito Juárez, se realizó el pasado sábado 21 de marzo en la explanada Sánchez Taboada una ceremonia en su honor.

            Entre los asistentes se encontraban: El Gobernador del Estado de Sinaloa, Mario López Valdéz; el alcalde de Mazatlán, Lic. Carlos Felton y su esposa Sylvia Treviño; representantes del ejercito militar y naval del puerto; jóvenes que desempeñan su Servicio Militar Nacional en ambas organizaciones, y autoridades de diversas instituciones escolares, como fue el caso de la escuela primaria Gabriela Mistral.
          
               La ceremonia dio inicio alrededor de las 7:00 a.m. con unas palabras en homenaje a la memoria de Benito Juárez. Posteriormente autoridades militares y navales procedieron a desenfundar la bandera que posteriormente sería puesta en lo más alto de la explanada.

               El gobernador del estado y el alcalde del puerto se acercaron a la estatua del Benemérito de las Américas que se encuentra ahí mismo en la explanada con coronas de flores como muestra de agradecimiento, honor y respeto a Benito Juárez.
            Bien entonados, organizados y firmes lucieron los pequeños de la escuela primaria Gabriela Mistral quienes pusieron su mejor esfuerzo al exclamar una poesía a la memoria de Juárez, la cual desencadenó una ola de aplausos.
            Entonando el Himno Nacional Mexicano, acompañados de la banda de guerra del cuerpo militar del octavo batallón de infantería, los presentes hicieron resonar la cancha con fervor.
   
         Se percibía el ambiente de orgullo patrio en todos los que se dieron cita, incluyendo a las personas que iban pasando por el lugar, las cuales eran atraídas por los colores, la gran multitud reunida y los toques militares; pero sobre todo, por la bandera que se ondeaba en el cielo de Olas Altas.
            Con la lectura de la frase más famosa de Benito Juárez, “Entre los individuos como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, la ceremonia llegó a su fin entre aplausos y ovaciones de todos los presentes.

            “Viva Benito Pablo Juárez García”.

Por Fenanda López Y Miguel Angel Velázquez


México noir: Milena y Zepeda Patterson

El evento
Con motivo de la presentación de su más reciente obra, Milena o el fémur más bello del mundo, en el acto clausura de la Felimaz el pasado viernes 20 de marzo, el escritor y columnista mazatleco Jorge Zepeda Patterson propuso una crisis para la literatura de crimen mexicana contemporánea.
            Al encuentro asistieron personajes del círculo editorial y literario de todos los niveles, junto a decenas de familias y estudiantes para la presentación de mayor asistencia de la semana libresca. En un inicio, Zepeda Patterson fue arrinconado por un sinfín de periodistas, seguidores y viejos amigos del puerto en el que nació.
Tratado como celebridad, como hijo pródigo de Mazatlán, la presentación fue iniciada por el Ing. Adrián López Ortiz, Director General del Periódico Noroeste, cuando anunció al autor como “un gran amigo de Mazatlán, amigo del Noroeste”, para, posteriormente, hacer una breve reseña de la trayectoria del invitado y extenderle la palabra.
La novela negra
A ojos del autor ganador de la última edición del Premio Planeta, el arquetipo del heroico detective -policiaco o privado-, explotado por el género predilecto de figuras como Agatha Christie, es tan improbable como para ser creíble en un sistema tan corrupto como el nuestro. Para él, sus dos obras, Los Corruptores y Milena, le remiten a recuerdos de la literatura que ha disfrutado.
            La historia, un thriller político y gangsteril, centrada en la trama de una joven croata, víctima de una red de trata de blancas que se extiende entre el viejo continente y México, y un grupo de justicieros, viejos amigos todos ellos, que tratan de salvarla de las garras del bajo mundo del crimen y corrupción de altos vuelos, es una excusa para el autor con el propósito de ejercer un periodismo de ficción.
            “Yo me propuse a contar una historia humana, esencialmente. La de una persona puesta en una situación límite. Desde luego que denuncia, por el hecho mismo de descubrir estas zonas de la sociedad”, dice Zepeda Patterson al nutrido auditorio. Mientras abogaba que el abordar una historia realista conlleva un discurso que cuestiona, menciona también que, a veces, “Milena nos demuestra que podemos ser capitanes de nuestro propio destino”.
Periodismo y poder en los medios más democráticos posibles.
Explorando ese terreno ríspido de la corrupción y el crimen organizado en su escala global, el también director de Sin embargo hizo un intermedio para hablar sobre las problemáticas actuales del quehacer periodístico en relación con nuestra realidad política y la oportunidad excelsa de este entorno para escribir novelas de crimen. En parte, porque la novela negra permite abordar estas zonas tristes de nuestro tejido social. Y qué mejor que ejercer el periodismo para ello.
            “La relación poder soberano-periodismo (en México) es un terreno minado. Es lo que hay. Los buenos son así, llenos de pieles, recovecos, zonas oscuras y los malos tienen un brillo, un guiño con el qué trabajar”, dice Zepeda Patterson. “El panorama de la prensa en México la veo en blanco y negro. Lo que son medios tradicionales, estamos viéndolos en lastimoso reflujo, retroceso visible.”
            Y es que, como dice él mismo, es fácil percibir una diferencia abismal en nuestros medios. Lo que se dice en redes, prensa y noticieros no puede ser más discordante, la polifonía de la opinión -pero más importante, la polifonía del relato de los datos del hecho- es sorprendente.
            Para el autor, gran parte de la partición en la opinión pública se debe a la incertidumbre que envuelve al regreso del PRI a la Presidencia. Por otro lado, asiente que la blogósfera, y en general la Internet, permite al ciudadano vivir en la época de oro de la opinión pública.
Las dos plumas: El periodista y el escritor.
Los sucesos de los últimos años, según el autor, alimentaron de forma indirecta su obra, pues como periodista se está en una disciplina muy distinta de redacción. “Regresaba aprisa para saber cómo terminaba el capítulo. Un periodista no se puede dar el lujo de esperar a que la musa llegue. Tiene que llegar a las 800 palabras pase lo que pase”, comentó.
            Pero, a menudo, el periodista llega a estorbar, con su incisiva necesidad de datos y comprobaciones y reconfirmaciones, al novelista, cuya labor debe, en su opinión, recaer en un ingenio creador. Frustra, pues, la posibilidad de vivir otros mundos y experimentarlos.

            En lo concerniente al prestigiado galardón obtenido por su obra, el Premio de la editorial Planeta para novela, superando a Mi color favorito es verte de Pilar Eyre, el autor no pudo evitar sonreír y sostener el micrófono con nerviosismo: “Ser el segundo mexicano ganador del Premio Planeta en 63 años te ruboriza, te hace morder el velo, como decimos acá. Trato que, en la práctica, no me cambie”.

Por Manuel Cázares

Descubriendo (y re-descubriendo) a Cri-Crí

Faltaba todavía cerca de una hora para el inicio del espectáculo, pero el interior del Polideportivo de la Universidad Autónoma de Sinaloa se encontraba casi a su máxima capacidad, y el flujo de personas que arribaban al lugar parecía no detenerse. Niños, padres, abuelos; varias generaciones de mazatlecos sentados en gradas de cemento y sillas de plástico, mientras esperaban a que dieran las cinco de la tarde y se oyera esa tercera llamada.

Cuando por fin llegó la hora, el espectáculo no empezó en el escenario, sino en medio del mismo mar de espectadores. Un par de minutos pasados de las cinco, el presentador del evento, Mario Iván Martínez, vestido con una camisa roja y un sombrero del mismo intenso color, comenzó a recorrer, alegre, todo el lugar pasando entre el público que, a cambio, recibió al reconocido actor con sonrisas y aplausos. Una vez en el escenario, Martínez, con una eterna sonrisa en la cara y una energía contagiosa que mantendría durante toda la velada, se inclinó respetuosamente ante su audiencia. El espectáculo estaba por iniciar.

Al comenzar el evento, titulado Descubriendo a Cri-Crí, Martínez no tardó en abandonar el escenario principal que se encontraba frente a la audiencia, en favor de una tarima improvisada en medio del público. Sobre ella se encontraba una colorida caja de madera, cuyos contenidos fueron revelados por nuestro presentador: ¡No era ni más ni menos que el mismísimo Grillito Cantor! O de manera más precisa, una marioneta del mismo. Pero para los asistentes, en gran parte niños, ese detalle no resultaba importante; el espíritu de Francisco Gabilondo Soler se respiraba en el ambiente, alegrando el alma de jóvenes y viejos.

Martínez tomó a su nuevo acompañante y comenzó a dirigirle la palabra, como si estuviera dialogando con el mismo Gabilondo Soler. Entre bromas y chistes cargados con su peculiar humor para toda la familia, el actor agradeció a los asistentes por su presencia y, haciendo referencia al inicio de los eventos de la Felimaz, puso énfasis en la importancia de los libros. Grandes hombres como el que estaba ahí para honrar, dijo Martínez, no son posibles sin la inspiración que encuentran en las obras literarias.

Después de esto, el enérgico presentador comenzó el primero de varios números musicales basados en canciones popularizadas por Francisco Gabilondo Soler en su personaje de Cri-Crí. Siempre seguido por un brillante reflector y alternando frecuentemente entre el escenario principal y su lugar en medio de la audiencia, Martínez, acompañado de otras marionetas que iban desde ratones hasta abuelitas, utilizó su privilegiada voz para compartir con el público sus versiones de éxitos como Los tres cochinitos y La muñeca fea.
De esta manera, el artista continuó estructurando su acto alrededor de la vida y obra del aclamado cantautor mexicano. Esto le dio libertad para no sólo entretener y hacer reír, sino educar un poco a los asistentes. De repente, las luces del escenario se atenuaron. Era noche. Esto trajo consigo referencias no sólo a la magia nocturna, sino también a la no tan conocida pasión por la astronomía de Gabilondo Soler. En esta nueva etapa “nocturna” del espectáculo, Martínez habló sobre la importancia de contar cuentos y de las abuelitas que se encargan de este trabajo tan valioso. Después se dedicó a interpretar canciones como Baile de los muñecos, Fiesta de los zapatos y una versión particularmente conmovedora de El ropero.

Al llegar a la mitad de su acto, Martínez dejó en claro cuál era su misión con todo esto. “Busco llevar a los jóvenes de este país buena música y buena literatura”, dijo el exitoso actor de teatro, cine y televisión. Para esto, le hizo publicidad a su línea de audiolibros, ahora en su volumen 20, donde él mismo lee cuentos clásicos. Antes de retirarse a descansar durante el intermedio, prometió tomarse diez minutos después del espectáculo para firmar la copia de cualquiera que deseara adquirirlo. Entonces, la multitud se propagó hacia los vendedores, habiendo muchos interesados en los audiolibros.

Después de cinco minutos de silencio, el presentador regresó al escenario con la misma energía que al principio. La presentación siguió el mismo formato que en su primera mitad, con Martínez contando historias y haciendo bromas entre números musicales. Mientras tanto, la noche empezaba a caer y el ambiente se notaba más íntimo y más agradable, en gran parte debido a la habilidad del actor para formar un lazo de confianza y conectar en un nivel emocional con su público.

La inauguración oficial de la Felimaz estaba programada para las 6 p.m., pero Martínez se tomó algunos minutos extra en el escenario. Su audiencia aún no quería despedirse. Para cuando terminó con sus emotivas interpretaciones finales de Cochinitos dormilones y El ratón vaquero –con todo y sombrero–, eran 20 minutos pasados de las seis. La luz empezaba a desvanecerse del cielo mazatleco y la oscuridad se comenzaba a filtrar dentro del lugar. “Si lloras cuando pierdes el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. Los años arrugan la piel pero la tristeza arruga el alma”, con esas sabias palabras Martínez se despidió en medio de aplausos, pero cumplió su palabra de quedarse a dar autógrafos por unos cuantos minutos.

Se trató en general de una velada familiar bastante agradable, con el presentador siempre haciendo uso de sus naturales talentos y aún más natural carisma, pero fue durante las interpretaciones de esos clásicos infantiles que el espectáculo se transformó en una experiencia trascendente. En efecto, se trató de un descubrimiento de la obra de Cri-Crí (226 canciones, según Martínez) por parte de los niños a los que aún no les era familiar su música, pero al mismo tiempo era fácil notar en los ojos y las sonrisas de los padres y abuelos un re-descubrimiento de estas canciones con las que crecieron. De repente, en medio de esas bellas melodías compuestas hace ya más de 50 años, las brechas generacionales se desvanecieron por un instante y no quedó más que la música en el aire. El señor Gabilondo Soler hubiera estado orgulloso.

Por Rodolfo Camacho