¿Qué consideran cultura los jovenes?.

Arte, teatro, literatura, cine, música y otras expresiones han sido temas de todas las ediciones de Puertoculto.

Siria: Contemporánea de la danza en cuerpo y mente.

¿Unos pies y un cuerpo, que conocen parte de la técnica del ballet, bajan del Centro Municipal de las Artes.

Piñatas: "las esculturas sentenciadas".

Aunque las piñatas son populares en México, su origen es asiático.

“El sueño danzante del ‘folklor’” Julián Zamudio.

"El folklor es un arte, porque se dice que el arte es algo que expresa, como sentimientos o pasión; por eso mismo el folklor expresa emociones de igual modo".

Cultura "Sobre Cuatro Ruedas"

Se trata de un vehículo que nos remite a otros transportes particulares locales como la Auriga, o igual variaciones más internacionales como los taxis transformados llamados Gua Gua en Cuba.

Canales muertos: Bibliotecas de la UAS en incertidumbre protocolaria

El ingreso de nuevo material bibliográfico al acervo de la Facultad de Ciencias Sociales de la máxima casa de estudios del estado es un misterio para el personal docente y administrativo.
            La única llegada constante de libros es a través del financiamiento externo y no así como lo estipula el Reglamento de la Dirección General de Bibliotecas de la UAS en el primer apartado de su Artículo 41, según el cual, el Consejo General del Sistema Universitario solicitará a las autoridades universitarias:
“I.  Asignar recursos para la adquisición y preservación del material documental destinado a las bibliotecas, así  como, el mobiliario, equipo e instalaciones;”
            El apoyo y búsqueda de recursos financieros internos es prioritaria para este organismo y el sistema del que es parte. Sin embargo, el personal de la FACISO considera que este nuevo protocolo para la captación de material y apoyos financieros centraliza gravemente la gestión del material en las bibliotecas de la Unidad Regional Sur. Antes de las reformas estructurales universitarias de principios de esta década, la Facultad de Ciencias Sociales solicitaba la donación de un volumen relacionado con cualquier materia del plan de estudios de la carrera por parte de los alumnos egresados como parte de los requisitos de titulación.
La centralización y burocratización del acervo.
Hoy en día, después de las reformas y la creación de este reglamento la captación de material ha dejado de ser en especie y ha tomado como ingreso de recursos el pago de una Constancia de “no adeudo” para integrarse a un fondo del cual se financia todo el material bibliotecario.
            De acuerdo con Leticia Amaral Rodríguez, titular bibliotecario de esta Facultad, el monto a pagar por cada alumno es de $200.00 MX y es gestionado por parte de la Dirección de cada escuela o facultad y reportado a la Dirección General de Bibliotecas de la Universidad.
            Cuando el monto se abulta lo suficiente como para ser significativo –dependiendo esto del criterio de cada director en turno– es cuando se exige al titular bibliotecario de cada unidad académica realizar un cotejo del material más solicitado por el alumnado y que no esté disponible en existencia con los planes de estudio de carrera y la bibliografía propuesta por el personal docente.
            El último ingreso de material registrado en la biblioteca de Ciencias Sociales fue el pasado 27 de febrero, a través del financiamiento externo PIFI gestionado por la Secretaría de Educación Pública.
            Después de una exhaustiva negociación por parte del Departamento de Planeación, a cargo de la maestra Miriam Vega Astorga, se llegó a un acuerdo directo por parte de las editoriales, para la compra de más de cuatro decenas de volúmenes que fueron registrados y capturados dentro del sistema.


La incertidumbre del protocolo.
Aparte de los financiamientos externos, gestionados por el Departamento de Planeación, el personal administrativo desconoce los canales que deben utilizarse entre los departamentos de la Dirección para echar mano de los recursos que ellos mismos reportan a la Dirección General de Bibliotecas.
            El financiamiento interno, al regularse, ha carecido de dar a conocer su protocolo de acción dentro de las filas del personal administrativos. Aún cuando, la biblioteca apunta que el recurso ha sido liberado.
            Sin embargo, la situación es alarmante, comenta la titular de la biblioteca FACISO, pues con estas medidas “se pierde la injerencia de la propia Facultad para administrar y tomar decisiones correspondientes al manejo de recursos en esta rama”.
            En el pasado, durante las gestiones de la maestra Guillermina Vázquez y el Dr. Arturo Santamaría al frente de la dirección de esta facultad –antecesoras de este reglamento–, la búsqueda de nuevo material para ingresar al acervo de esta unidad académica recaía en la toma de decisiones interna; en ambos casos, el incremento bibliográfico corrió a cargo de gestiones directas, autónomas e independientes, entre los directores y las editoriales con fondos que formaban parte del presupuesto general.
            Además de la recepción de recursos y la iniciativa independiente de los directores de escuelas y facultades, otra alternativa común en el sistema bibliotecario de esta y otras universidades es la donación de terceras partes.
            Sean bibliotecas personales o de otras instituciones, la donación no termina por ser comúnmente útil, según señalan Vega Astorga y Amaral Rodríguez, pues a menudo se debe discriminar entre los artículos donados de acuerdo a la pertinencia de los temas con el plan de estudios y las materias impartidas. 
            Y es que, aunque la biblioteca busca conservar variedad entre los temas tratados para no quedarse sin nada, se deben remitir a las distintas academias los libros que no pertenecen al estudio social. A pesar de ello, se conservan títulos que abordan la historia universal y regional, filosofía, administración y contabilidad, literatura y hasta diseño.
            Pero, lo que debía ser una medida que proveería a las unidades académicas de echar mano del presupuesto con el fin de incrementar los libros disponibles ha terminado por ser contraproducente cuando no se establece la comunicación necesaria. Y así, la falta de actualización de textos deja mermadas distintas líneas de investigación, caso particular el de estudios de género, ecología y estudios de la juventud.

Maestros y alumnos, por igual.

Sin duda, podríamos centrar que el problema es tan simple como la centralización de los recursos por parte de la administración central de la UAS aunado a fallas protocolarias y de comunicación. Sin embargo, se ha señalado una falta de acercamiento, por parte de los docentes, para con la biblioteca a su disposición.
            Amaral Rodríguez apunta que es a falta de este interés por parte de los maestros por reconocer el material disponible que los propios alumnos no se dejan ver por la biblioteca, como toda buena paradoja.
            Porque si no se dejan ver, no pueden solicitar textos, así no se pueden reconocer las necesidades específicas de actualización o próximas adquisiciones. Menos aún, se puede echar mano del recurso destinado a nuevos libros, si no se reconocen necesidades.
            “La mayoría de los maestros siguen solicitando los mismos materiales año tras año, lo puedes ver en el plan de estudios. Si requieren un nuevo material, no acuden a Dirección o a las bibliotecas de licenciatura y posgrado a revisar su disponibilidad; lo piden a sus alumnos”, aclara Amaral Rodríguez. “También se suelen hacer antologías, a partir de los libros que ya han manejado anteriormente o que poseen ellos mismos.”
            Estas antologías, aunque económicas, no permiten mantener un registro de las obras con vigencia dentro de las aulas. A menudo, aunque se estipulen en el plan de estudios, se ven limitadas por la variedad de formatos que se manejan.
            
Hablando sólo de libros, podríamos ver que coinciden los cotejos entre la propuesta del docente y el material en resguardo, pero en el caso de artículos de revistas, textos online, podcasts, documentales, etc. eso es otro tema no revisado.
            La única base de datos disponible en el sistema digital es aquella del Redalyc; no se han realizado esfuerzos por conseguir más suscripciones a fuentes digitales académicas.
            La unidimensionalidad de la docencia en la Facultad no es homogénea. Sin embargo, prepondera la falta de aprovechamiento de nuevos recursos para la enseñanza y, por supuesto, la participación de docentes y alumnos que podrían insistir en hacer uso de los canales de recomendación y exposición de solicitudes a través del Consejo Estudiantil y el Consejo Técnico.

            ¿Cómo podrían ayudar los estudiantes y maestros a través de órganos terceros entre el binomio de las escuelas y facultades y las direcciones centrales? ¿Qué esfuerzos ha realizado la Dirección General de Bibliotecas de la UAS por dilucidar este misterio operativo?
Primera entrega


Cultura y comunidad: Reconstruyendo el tejido social a través del arte

La tarde estaba nublada y un inusual viento recorría el campus de la UAS. Sentado en una de las mesas al aire libre de la Facultad de Ciencias Sociales, disfrutando de un cigarro después de haber impartido un seminario, se encuentra el profesor Carlos Vorrath. Una figura conocida dentro de la Facultad, el profesor Vorrath es una persona de principios, los cuales guían sus acciones y le dan sentido a las clases que imparte. Siempre abierto a convivir con alumnos, se muestra abierto a una plática. Nunca una persona que hable demasiado de sí mismo, resultan reveladoras sus historias de lo que ha sido luchar por el fomento de la cultura en Mazatlán.
            “La misión es prevenir y contrarrestar los factores de violencia por medio de actividades culturales, educación no formal y organización y desarrollo comunitario”, comienza diciendo el académico, describiendo lo que busca lograr con su trabajo en Cultura y Comunidad I.A.P., organización sin fines de lucro de la cual sirve como director general desde el año 2003, cuando él y otras personas comenzaron a discutir sobre las carencias y necesidades de la localidad.



            Dentro de esas líneas de acción, la organización cuenta con varios programas para acercarse a la población dentro de colonias populares. “En lo que respecta a la cultura, tenemos un programa que se llama Cine en tu barrio, donde se muestran películas al aire libre en las colonias. Tenemos otro llamado Con el alma en la mano, que es un taller de teatro guiñol. Otro es Trazos de mar y arena, que es un taller de dibujo. También está otro que es Cuando las paredes hablan, éste es de pintura a gran formato”. Todos estos van enfocados a acercar a las personas de escasos recursos al arte en todas sus formas.
            Pero, ¿por qué resulta importante promover la cultura entre la población? El profesor se muestra apasionado en su respuesta. “Una de las pobrezas más invisibles que hay es la de acceso a la cultura”, dice, mientras exhala el humo de su cigarro. “La visión que tenemos dentro de la organización es muy diferente a la visión tradicional de lo que es la cultura. Normalmente, aquí en Mazatlán se considera cultura sólo a aquello que es expresión de la cultura universal; la ópera, la música clásica, el ballet, la literatura. Y eso sí es cultura, pero la cosmovisión de la cultura que tenemos incluye creencias, costumbres, la forma en que las personas se apropian de su realidad.” Es precisamente esta visión elitista de la cultura lo que buscan evitar los programas que se han puesto en marcha dentro de la organización.
            “Existe una necesidad de recuperar esas expresiones culturales de las personas que habitan en colonias de escasos recursos”, dice el profesor Vorrath, quien, con su experiencia de investigación en lugares marginados, tiene una idea bastante clara de cómo la falta de recursos impacta el nivel cultural de una persona. “Estas personas no tienen las mismas oportunidades para elegir una actividad cultural para llenar su tiempo libre, su tiempo de ocio. Por ejemplo, ¿cuánto le cuesta a una familia ir al cine?, digamos que en promedio unos $500 pesos, y eso es algo que está fuera del alcance de muchas personas. Por eso iniciamos el programa Cine en tu barrio”. La estricta formación marxista del profesor informa su perspectiva sobre estos temas, ya que él opina que, a pesar de la falta de recursos económicos, el acceso al arte debe ser un derecho humano universal.

            “Hemos tenido buena aceptación y a partir de ahí hemos iniciado más actividades”, menciona el profesor. Se ve el brillo de la determinación en sus ojos a través de los cristales de sus anteojos. Ya va por el segundo cigarro. “Hemos estado en congresos nacionales e internacionales exponiendo nuestro trabajo. Hemos recibido felicitaciones de especialistas de otros países de América Latina.” Pero llevar a cabo estos programas tiene sus retos, en especial cuando se hace sin fines de lucro. Actualmente, la organización trabaja en la iniciativa “¿Quién da un peso por la cultura?”, con la que se busca recaudar fondos, a través de donaciones voluntarias de un peso o más al mes, para de esta manera sacar adelante los diversos programas.

            “Al final, lo que buscamos es crear espacios de convivencia, generar comunidades más unidas y más fuertes, con valores”, comenta el profesor, con una notoria pasión en su voz. Se trata de alguien que conoce el poder que al arte y la cultura pueden tener sobre las personas, y es esto lo que guía su cruzada para la promoción de las mismas en Mazatlán. “Queremos reconstituir el tejido social. Devolverle a las personas la dignidad humana que se les ha arrebatado en la sociedad actual a través del arte”. Una meta bastante ambiciosa, pero una que vale la pena apoyar.

Más difusión cultural en Mazatlán… ¡por favor!

En Mazatlán hay un pequeño problema con la difusión de la cultura, se ve en las galerías o las funciones de danza, se ve en la ausencia. El martes por la tarde me enteré a través de Facebook que se presentaría en el Teatro Ángela Peralta un concierto Pópera, es decir, ópera con música pop. Al leer el nombre, inmediatamente supe lo que era, así que entré para ver más información.
El evento tenía minutos de haberse iniciado, no más de diez personas habían elegido la opción de Asistir. No había mucho tiempo para enterar a la gente, pues según los datos, el evento sería el miércoles 13 de mayo; un día después. Lo que me atrapó por completo fue que en letras mayúsculas marcaba: CONCIERTO GRATUITO.
Detuve lo que estaba haciendo y me fui caminando al teatro que queda a diez minutos de mi casa, pensando que los boletos podrían acabarse de un momento a otro por ser un evento muy bueno, donde se interpretarían hits del mundo musical como El Fantasma de la Ópera o canciones del musical de Cats.
Llegué preocupada a la taquilla del TAP y pregunté por los boletos como si fueran lo más solicitado del mundo, el señor que atiende me miró con cara de pocos amigos, me hizo entender que aún quedaban un montón de boletos así que pedí tres.
Casi al llegar a mi casa, sentí curiosidad y saqué los boletos para verlos, me di cuenta que tenían una horrible ubicación, incluso el boleto decía: visibilidad limitada, pero no me importó, lo que quería era escuchar el concierto. Entonces, por paranoia, noté que dos muchachos con uniforme de preparatoria se me quedaban viendo de manera insistente, me apresuré a entrar a casa y la voz de uno de ellos me detuvo.
            Oye muchacha, ¿de qué son esos boletos?
Le di información sobre el evento, él me miró sorprendido y como si no me hubiera escuchado, preguntó si eran gratuitos. Yo, emocionada porque se veía interesado, le dije que podía conseguir los que quisiera en la taquilla del teatro.
Fue una casualidad o coincidencia, no supe si al final el chico fue, pero al igual que él, hay muchas otras personas negándose la oportunidad de ir a un concierto cultural porque piensan que los boletos son caros  algunos eventos lo son. La culpa recae en los organizadores de los eventos culturales que, por lo menos a ese concierto, le dieron muy poca promoción. El público no se salva, si en realidad estuvieran interesados en asistir a eventos culturales, revisarían las carteleras que hay sobre las plazuelas o en internet.

            Falta promoción y falta cultura.

Premios Ariel, "la entrega de los premios a lo mejor del cine mexicano".



A pocos días de que se lleve a cabo la 57 entrega de los premios Ariel, la mayoría de los mexicanos no conoce y no les genera interés saber sobre los galardones que premian a lo mejor del cine nacional.

En el año de 1947, época donde el cine mexicano estaba en la cima, conocida hoy como la época del cine de oro, se dio la primera entrega de los premios Ariel.

En aquella época películas como: Crepúsculo, La barranca, Las abandonas, fueron las primeras  obras en ser  nominadas en la categoría como mejor película. Dichas historias intentaban representar a México a través del cine, trataban sobre indios, campesinos, pobreza,  injusticias y prejuicios que vivía la sociedad en dicha época. Películas que eran respetadas por el público conocedor y los amantes del cine.

En esa época el público mexicano se interesaba por los filmes y las premiaciones nacionales, contrario a la época actual donde los mexicanos no se interesan por las películas mexicanas, al menos que estas generen alguna  polémicas, y menos se interesan en las premiaciones a lo mejor del cine nacional.

El poco interés que el público le tiene al cine nacional, es gracias a nuestro país vecino, pues sus grandes  producciones no se comparan con las producciones mexicanas.




Los premios Oscar, "son más importantes para los mexicanos".

En las últimas dos ediciones de los Oscares, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, han dado mucho de qué hablar por sus nominaciones y victorias en dichos premios que son muy vistos por los mexicanos y que los canales de tv abierta de México le hacen mucha promoción, caso contrario a lo que pasa con los premios Ariel, que a duras penas son  mencionados en televisión abierta,  esto demuestra la gran influencia que tiene el cine norteamericano en México, y por si alguien duda de eso basta con ver las carteleras de los cines, para comprobar que más del 90% por ciento de las películas que se exhiben son producciones norteamericanas, y las películas Mexicanas a duras penas llegan a las salas y de mantenerse ni hablamos, algunas no pasan de su semana de estreno.

El premio al olvido

Considero que es importante que este tipo de premiaciones existan, a pesar de que estén en el olvido de la mayoría de los mexicanos, los premios Ariel siguen cumpliendo con el objetivo de su creación, premiar a las mejores producciones mexicanas respecto al cine,  un cine que sigue reflejando lo que pasa en el país.


Las películas nominadas a lo mejor del año son: Carmín Tropical, Güeros, Guten Tag, Ramón, La dictadura perfecta, Las oscuras primaveras. Estas obras tratan sobre migración, política y diversidad sexual, películas que reflejan el México actual, así como lo hacían las películas nominadas hace ya 57 años, con la gran diferencia que en 1947 la mayoría de los mexicanos gustaban de ver dichas películas y en la actualidad a los mexicanos no les interesa el cine nacional, al menos no el que refleja la manera de ser de los mexicanos.

Siria: Contemporánea de la danza en cuerpo y mente

Unos pies y un cuerpo, que conocen parte de la técnica del ballet,  bajan del Centro Municipal de las Artes (CMA) por la Sixto Osuna; cruzan, casi bailando, la Belisario Domínguez y atraviesan el umbral del Allegro Caffe and Bistro. Del cuerpo brota una cabeza con cabellos cortos color castaño, de una semana de haberlos retocado. Brotan, también, brazos y piernas vestidos con un pantalón grisáceo y holgado, una blusa de resaque floreada y un timbre de voz que saludó y después pidió un cappuccino.

En el café no había música audible, sólo el ruido de trastes y el vacío de un vaso llenándose con café. Siria Yvette Aguirre Meráz, recién salía de su ardua clase de seis-siete horas diarias en la Escuela Profesional de Danza (EPDM), en un par de horas estaría camino a su trabajo como maestra de danza en una escuela para infantes.
“El nombre, es un misterio”, repite. Su abuela nombró así a su madre por una amiga, y su madre finalmente decidió heredárselo a la primera de tres hijas.  Siria nace en 1992 en Tijuana, la ciudad más poblada de Baja California. Toda su familia es sinaloense, salvo ella y sus dos hermanas. Recuerda venir a Mazatlán para algunas navidades, pero llega al puerto con 16 años de edad, termina la preparatoria en José Vasconcelos para después ingresar a la carrera de Diseño Gráfico en el Itesus. Ahí permanece por dos años hasta  darse cuenta que ese no era el rumbo que le quería dar a su vida y que la danza requería la mayor parte de su tiempo, su atención y energía.
Recuerda que su primera experiencia con la danza fue el ballet, a los 6 años de edad; poco después decidió que la técnica no era de su agrado por lo que dejó de asistir a las clases. Una maestra le aconsejó sobre clases de jazz, cuando ya tenía 8, así que retomó la disciplina, sin embargo aquello fue solo un pasatiempo de chiquillos, no fue hasta su llegada a Mazatlán que les preguntó inmediatamente a sus papás, “Y aquí, ¿en dónde puedo bailar?”.
Quiero vivir de la danza y comunicar con la danza, pero a veces siento miedo.
Siria iba dándole pequeños sorbos a su cappuccino, quitaba la espuma blanquecina que sobrepasaba el borde, mientras subía los pies de bailarina a la silla, apoyándose con sus brazos de bailarina en la mesa.
A su llegada a Mazatlán, a los 16 años, inmediatamente buscó un lugar en el cual pudiese bailar, pero ya estaba demasiado grandecita para ingresar a ballet en el CMA, y en Danza Contemporánea, recuerda, le dijeron que era muy pequeña y que seguramente no sabía la finalidad de la misma.
Trabajando en la purificadora de agua que puso su padre, meses después de instalarse, un cliente le habló de su hijo, bailarín también, y le propuso ir a su estudio. “Así fue como me fui desenvolviendo más, porque Mazatlán es muy chiquito, entonces, todos los bailarines saben de todos los bailarines, es una comunidad. Así conocí a Agustín, la persona con la  que me entrené para audicionar en la EPDM. Después de montar mi solo frente al jurado esperé a que me dieran alguna respuesta, días después llegó el correo diciéndome que no había sido aceptada, y el por qué; mis debilidades, fortalezas y que entrenara más duro para intentarlo de nuevo, pues aún no era mi momento”
            “Ss-sí”, duda un poco.
            “Sí”, repite con voz firme.
“Sí, sí pienso vivir de la danza.”, dijo apresurada. Siria, temiendo arrepentirse sobre la respuesta. Es algo muy loco, se dice y me dice, porque primero empiezo cuestionándome qué es la danza, por qué lo hago, por qué quiero bailar; ¿Solamente porque se vea bonito? No, ese no es mi objetivo. Con la danza quiero comunicar, decir algo, es como cualquier otro arte, como cuando escribes, pintas, haces una película. “La danza es un lenguaje corporal”, termina de decir.
“Si voy a desenvolverme en la danza, quiero abarcar lo más que se pueda; en cuanto a conocimientos, saber en dónde estoy metida. Quiero hacerlo bien, me da miedo la ignorancia, no saber”, dice Siria, quien acaba de coger con las dos manos un popote de líneas rojas y blancas haciéndole una dobladura en medio.
El Sacrificio, no de Tarkovsky, o también, el de Siria y el de todos los artistas, de todos los humanos que rompen sus burbujas por hacer lo que les gusta; no como gusta un vestido, no como gusta un color, lo que apasiona, pues, “¿Qué sacrifico?”, se pregunta, mientras desvía la mirada y se pone el dedo índice en la barbilla.
“¿Qué sacrifico?”, se repite. “Por un lado mi familia, regularmente yo ya estoy en otro rollo, la fortuna es que sigo viviendo con ellos, pero si me alejo, nos alejamos porque también mis papás trabajan y a veces no tienen tiempo de ir a mis clases abiertas ; El atletismo, por otro lado, es algo que me gusta mucho practicar, pero que ya no he tenido tiempo de seguir haciendo, además de que era mucha carga física la que le metía a mi cuerpo, es decir, siete horas de practica (danza), más correr a diario, tenía que estar pendiente de las lesiones que me pudiera ocasionar.”

De la intimidad en el foro experimental a la distancia en el Teatro.
El cappuccino ya bajó, como baja la marea sin la presencia de la luna; el popote de líneas rojas y blancas que se mantiene entre las manos de bailarina ha sido doblado una vez más, ha sido mordido y ha sido colocado en la mesa; Los pies bajan y suben, los brazos se abren a la información y a las preguntas que vengan. La espalda se encorva y se endereza; las sonrisas van y vienen.
“No estoy segura de sí me gusta más uno u otro, el foro experimental se hace en un espacio más reducido, por lo tanto la sensación es otra; hay más intimidad y el acercamiento con el público me agrada; mientras que en el teatro, al ser más espacioso, la conexión con el público es diferente”.
El panorama artístico en Mazatlán desde Siria.
En la pasada edición de PuertOculto, su servidora y Gisel Camarena escribimos, cada quien por su cuenta, sobre el teatro y los espacios existentes para expresión artística en Mazatlán, por lo que se rescató que, citando a Gisel, estos se pueden contar con la palma de la mano y que incluso sobrarían dedos. Desde el punto de vista de Siria, el panorama artístico, sobre todo en la disciplina de danza, es también muy pobre, existen muchos grupos independientes que bailan, pero no hay unidad, hay envidia, hay ego, mucho ego y competencia.
“Los estudios de jazz, porristas, por ejemplo, se encierran mucho en su burbuja. O a veces que entre los mismos bailarines llaman aburrido  a una u otra técnica, cuando deberíamos de decir, sabes qué, me gusta lo que haces, enséñame a hacerlo y dime cómo lo puedo utilizar en mi técnica. O por ejemplo, el tango; habrá alguien que sepa pero no hay una academia que enseñe la técnica, o de salsa… eso si hay mucha zumba y pole dance.”, dice entre risas.
La danza, el cuerpo y la vida cotidiana.
“Al bailar se genera adrenalina, se generan estados corporales. Me gusta mucho trabajar el cuerpo; flexibilidad, equilibrio; descubrir hasta donde puedo llegar. Incluso observar como un estado de ánimo puede hacer ligera, pesada o diferente la rutina”, comenta Siria mientras mueve las manos para dibujar lo que dice.
“A mí me cuesta mucho ejecutar un movimiento, darle sentido, creo que es lo que me ha tomado más tiempo en mis dos años de carrera. Es fácil aprenderse la rutina, pero no es lo mismo tomar conciencia de ella. Me gusta mucho leer, comprendo lo que leo, le pongo atención, pero ejecutar un movimiento requiere más de mi atención aún, porque es una atención distinta.”
Cuando trabajas con el cuerpo, cuando lo practicas; con el yoga, la danza, el teatro, el atletismo y demás disciplinas, aprendes a tomar control sobre él, hay conciencia de lo que se hace. Para esto, dice Siria que dicen que los bailarines tienen esa conciencia espacial en la que se puede estar caminando rápido entre una multitud y no chocar; tener esos reflejos y poder esquivar y reaccionar.
De un sorbo se termina el cappuccino, mi café de la casa hace varios minutos que dejó la mancha al fondo de la taza. El popote de líneas blancas y rojas consiguió una dobladura más; cuatro en total. El  mesero recogió los platos y tazas, y nos fuimos. Atravesamos la Belisario Domínguez, caminamos por la Sixto Osuna, y nos esfumamos, cada una por su cuenta, sin bailar.