El distorsionado sonido de las
guitarras eléctricas guía
la melodía, a la vez que el sonido del bajo va
marcando el ritmo. Las paredes vibran al son de las estruendosas percusiones de
la batería mientras que la voz gritada del
vocalista se esfuerza por no ser enterrada debajo de la mezcla de sonidos que
llenan la atmósfera.
La canción continúa
con los músicos creando una conexión,
tanto entre ellos mismos como con su audiencia, y prosiguen hasta llegar a un épico
clímax de sonido. Seguro, estarán
tocando en un pequeño
bar frente a un grupo de jóvenes
alcoholizados, pero en ese momento son rockstars.
Esa es la escena típica
de una tocada de rock en Mazatlán.
Los jóvenes se suben al escenario sin nada más
que sus instrumentos, sueños
y ambiciones. “Nos
pagan con cerveza”,
comenta el guitarrista de una banda. Este es el tipo de sacrificio, de
paciencia, que se necesita para dedicarse al rock en Mazatlán.
Como una flor creciendo en el desierto, la escena del rock en el puerto se
desarrolla en clima poco favorable.
No es un secreto que la música
predominante en la región
es la banda sinaloense en todos sus estilos. El dominio por parte de estos géneros
musicales locales muchas veces causa un rezago en otro tipo de expresiones artísticas.
En este sentido, el rock mazatleco continúa
siendo una expresión
de rebelión y lucha contra lo establecido; se
trata de un nicho de personas con instrumentos eléctricos
y algo que decir. Y tienen una audiencia.
Pero a pesar de la creciente
popularidad de estos géneros
entre la población
joven, la escena se esfuerza por sobrevivir. La escena, ese intangible
pero tan importante ambiente creativo y artístico
que encapsula todas las expresiones de una determinada subcultura, es algo con
lo que el rock mazatleco ha batallado en tiempos recientes. “Para
empezar, Mazatlán
no es un lugar en donde haya mucha escena, así que esta es una desventaja”,
comenta Ernesto Camacho, músico
y guitarrista de la banda local “El
Cuadrante Morado”.
El joven hace énfasis
en el hecho de que en el puerto no hay facilidades para las bandas
independientes que intentan darse a conocer. “Tienes
que tener presente que nada te va a caer del cielo, si quieres algo tienes que
batallarle y conseguirlo, y si te gusta lo que haces ya es punto a tu favor”.
Es precisamente esa pasión
por la música lo que mueve a los jóvenes
músicos,
y lo que saca adelante la escena, a pesar de todo. Eso es lo que los motiva
para aprender a tocar un instrumento -muchas veces por sí mismos, sin educación
musical formal- y empaparse en los sonidos que servirán
como influencias al momento de crear su propia música.
Al escuchar una banda local es posible identificar aquellos sonidos de épocas
pasadas que los músicos
locales quieren tratar de hacer suyos; hay noise, hay blues, hay punk,
hay hardcore, hay garage y surf rock.
Entonces
hay música, hay audiencia y hay pasión. ¿Qué es lo que detiene a la escena del rock para convertirse en una
verdadera fuerza mayor en la música del puerto? “Creo que hay varios problemas: entre las mismas bandas y seguidores se
tiran con todo, lo ven como competencia y esto crea un ambiente negativo que no
nos deja crecer”, dice Camacho, citando a los conflictos internos dentro de la escena
como un obstáculo esencial en su desarrollo. “Hay muchas divisiones, el ego de algunos
es demasiado alto y ni siquiera han salido de Mazatlán a tocar. Y pues hay personas que sólo se dedican a criticar y no hacer nada,
pero no hay que prestarles mucha atención.”
Una
preocupación constante es la de dónde tocar. Bares y clubes son los clásicos, pero muchas veces no se prestan
para este tipo de eventos. La organización falla y muchas veces citan los dueños que esto no les deja nada y no valen la
pena los problemas que conlleva. Debido a la falta de apoyo, a veces hay
tocadas en otros establecimientos o incluso en casas particulares, pero esto
trae consigo otros riegos; con eventos aislados ocurriendo en sitios poco
conocidos, la escena puede resultar fracturada, en vez de unificarse.
A pesar del precario estado actual del rock mazatleco, existen bandas independientes originarias del puerto que, a través de trabajo duro y promoción constante, están dejando su huella en la escena y en el gusto de las personas. Atroz Destrucción, Haiku, Infecto, Pisando al Patrón, Grindgrena, El Cuadrante Morado, Mientras Tanto; son tan sólo algunos de los nombres que le resultan familiares a cualquier persona con interés en este estilo de música que asista con cierta regularidad a las tocadas que se dan en el puerto.
El
caso de El Cuadrante Morado resulta indicativo de la lucha de muchas de estas
bandas. Ernesto Camacho tiene ambiciones para su banda que van más allá de lo que Mazatlán puede ofrecerle. “Estamos por grabar un LP que tendrá de 8 a 10 canciones”. Al mismo tiempo, se da cuenta de la realidad. “Sí está algo complicado para bandas que tienen muchas ganas de grabar pero no
hay suficiente dinero. Aunque también no siempre necesitas de algo tan lujoso para hacer buena música”. Prueba de la efectividad de esta ideología DIY tan prevalente en el puerto es el
reciente lanzamiento del EP Room 511, creado por Camacho en su proyecto
de solista denominado Tv Eye. “Fue casero y todo fue grabado con un micro”, dice el músico sobre su primitivo sistema de grabación. Igualmente, se muestra esperanzado por
lo que él ve como una de las mejores épocas en lo que respecta a hacer llegar su
arte a otras personas. “Para distribuir, Internet ofrece muchas plataformas, como Bandcamp,
Soundcloud, Youtube, incluso Facebook, etc. Estas te ayudan a difundir tu música y promover eventos”.
Y
pues en lo que Cuadrante se mete al estudio de grabación, hay otra banda que está a punto de tocar en un bar, o tal vez en un show casero, por
primera vez. No saben que les depara el destino, ni cuál será su lugar en la escena. Tampoco si esto de la música va a funcionar. Pero en el momento en
que la primera canción comienza a sonar, esas dudas empiezan a desaparecer. Son rockstars,
maldición. Son rockstars.
Ya había olvidado la experiencia de estar en una banda, y de querer ser rockstar en Mazatlàn...Buen reportaje :D
ResponderBorrarMuy buena exposición del panorama del rock en Mazatlán en el cual podemos preguntarnos la eterna paradoja de la cultura en México: ¿Hacen falta espacios o será el talento aquél que no puede crearlos? Con una buena fuente como Ernesto Camacho, me parece un muy buen artículo para la posterior búsqueda del espacio escondido de la escena rock.
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