Las
películas que se producen en México siempre han estado asociadas con tres
cosas: violencia, groserías y escenas sexuales; pero, para los que esperan más
de esta industria, siempre existe la esperanza de que todo puede cambiar a
favor a nuevas alternativas.
Es por eso que buscaremos el lado
“blanco” del cine en México, indagando y mostrando las películas animadas que
se han hecho en el país, para demostrar que se pueden hacer las cosas de otra
manera.
Sin afán de hablar de la historia
del cine mexicano (lo cual no haré), es de mencionarse que la animación en
México viene desde hace muchos años atrás, pero con lo que realmente salió a la
luz fue con el largometraje Los tres
reyes magos en 1976, de Rosario Castellanos, que fue muy popular por la
creencia católica de los mexicanos.
Después le siguió Katy la Oruga en 1984 (y después su
secuela en 1987), producción de una empresa de animación mexicana en
colaboración con una empresa española; como se ve de principio, los niños son
el fuerte en estos proyectos.
Conforme pasaron los años el cine
animado nacional fue dando un giro hacia abajo, dejando por un largo tiempo de
sonar entre el público, ya que perdió monitoreo, o quizás interés; tuvo que ser
hasta la década de los 2000 para que otro éxito mexicano “pegara” en la
pantalla grande, y tuvo que tener algo de esa “esencia” mexicana: Una película de Huevos (2006), y su
secuela en 2009, El agente 00P2 (2009).
Claro, también se atrajo de nuevo a los niños con la saga Leyenda de la Nahuala (2007) y sus dos secuelas (2012 y 2014). Un
nuevo milenio trajo un poco de luz al sombrío cine mexicano con su animación,
que no estaba dejando de lado sus pilares.
Religión y leyendas mexicanas siempre funcionan
Es
bien sabido que al mexicano le enorgullece su religión, sus historias y sus
mitos; es por eso que la industria del cine animado se ha centrado en llevar a
la pantalla grande historias que de antemano tienen el triunfo asegurado, tales
han sido como El mito de las momias, La
llorona, Brijes (2010) y Los nahuales;
íconos como El santo (2012) o El chapulín colorado (2015); tradiciones
como el Día de Muertos, (película: El
libro de la vida, 2014); y hasta
la selección mexicana de fútbol con Selección
Canina (2015); todos ellos son orgullos que un mexicano común puede
presumir a los foráneos y que han formado parte de la historia fantástica del
país.
En torno a la religión, el mexicano se postra ante
la voluntad de Dios y acepta sus normas, por lo que los productores animados
saben que es un mercado muy rentable; desde el primer éxito en 1976 de Los reyes magos, han surgido más
materiales religiosos fructuosos como: Nikte
(2009), El gran milagro (2011), El callejón de los sueños (2015), y
hasta la histórica y memorable Héroes Verdaderos (2010), que narra la
historia de la independencia de México teniendo a Hidalgo como protagonista,
que a mi parecer tiene sus puntos religiosos, por lo que el mexicano acepta
esto siempre.
¿Picardía animada?
Como
se ha mencionado antes, el estilo pícaro de las películas mexicanas no puede
faltar, pero en el caso de las películas animadas, hay que advertir que también
lo tienen; está oculto, pero con la intención de que los morbosos lo descubran.
En películas como El santo vs. la tetona Mendoza o las Películas de Huevos, el humor mexicano existe; sale a relucir con alguno que otro
intento de grosería que se queda en chiste, o los tan afamados albures
que los personajes no dejan de decir para sacar risas de los espectadores.
Pero, probablemente nos hemos preguntado, ¿Por qué
ni siquiera en la animación descansa la picardía? Desde mi punto de vista esto
es muy obvio, y es el que, cuando una persona va a ver una película mexicana al
cine, sea del género o formato que sea, no puede perder la esencia tan
destacada antes; es como una cultura que jamás vamos a perder, y por la que
seremos juzgados de por vida, una de la que ni los niños se escapan, pues en un
futuro serán parte de todo este mundo.
Animación no tan mexicana
No
puede cerrarse este reportaje sin mencionar que, en los últimos años las
empresas mexicanas se han asociado más que nunca con empresas gringas,
quizás por la distribución comercial, quién sabe; pero lo que es muy importante
rescatar es que el cambio generacional está muy cerca, y todas las leyendas e
historias mexicanas que se han nombrado corren el riesgo de quedar extintas.
Un caso es el de Don Gato y su pandilla (2011), que es
una caricatura de la empresa Hanna-Barbera, pero muy relacionada con la cultura
mexicana, por lo que se hizo su película en México para traer recuerdos del
siglo pasado.
Nadie reprochara la película, porque
en sí es entretenida, pero habrá los que digan que las ideas dejaron de fluir y
ya tenemos que recurrir a cosas norteamericanas para volver
al auge.
Así que se pueden mencionar muchas
películas animadas, orgullosamente mexicanas, y con un sentido de valor muy
significativo para los que trabajan en ellas. Queda solo esperar que en el
futuro las industrias trabajen con más tecnología y más creatividad para que la
esencia blanca del cine animado nacional pueda perseverar y escalar
hasta la cima.
En lo personal no soy de ver películas de animación,a menos que estas sean Animes... Pero si creo que el cine de animación mexicano debería cambiar el rumbo...Es decir, dejar de hacer películas en torno a mitos o leyendas mexicanas, orientarse a otros temas. Pero bueno... la creación de una película es costosa, batallosa y requiere de mucha creatividad, asi que no voy a desmeritar el trabajo.
ResponderBorrarSiendo honestos, mi exposición a la animación mexicana ha sido bastante limitada; sin embargo, no cabe duda que los artistas y animadores que las han creado son gente con gran talento, y espero que en un futuro puedan seguir empujando los límites de lo que se puede lograr con el cine de animación en nuestro país.
ResponderBorrarLa caricatura de Don Gato fue un éxito en México por su doblaje, en U.S paso sin pena ni gloria. Por eso la pelí la hacen en México, no vayas tu creer que si don gato hubiese sido un exito US, estos hubieran rentado los derechos de la pelí.
ResponderBorrarEsta bien que hagan animación sobre la histrori mexicana pero lo hacen para vender entradas en las salas de cine no para educar a las personas y pues por eso para mi son malas.
Apoyo el punto de que las peliculas en México sean animadas o no, siempre tendrán ese toque de picardía que nos distingue. No es malo pero tampoco abusemos de ellos.
ResponderBorrarNo es que conozco mucho sobre cine animado mexicano, pero me parece muy interesante los puntos que destacas en tu reportaje sobre los temas que se tocan y como la combinación de picardía con los filmes no puede dejarse de lado.
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