Perros, Amarres, Perros.

“Sabíamos que debíamos sacar al PRI de Los Pinos”. Así inició la remembranza del ex Secretario de Relaciones Exteriores Jorge Castañeda, en la presentación de su último libro Amarres Perros en el marco de la Felimaz 2015.

En el Polideportivo Universitario de la Universidad Autónoma de Sinaloa en Mazatlán, la audiencia pulió los eslabones del pasado político reciente de nuestro país, lo mismo que entretejidos vienen destellos de su propio pasado, confesiones inadvertidas y anhelos del país que vendrá. 

Desde lo íntimo; todo está contenido en el libro.
Cuestionado por su pasado en las filas del partido comunista, el político envestido en una casaca azul turquesa, alegó que no fue sino después de las elecciones de 1989 cuando comenzó a reflexionar sobre la vida política del país y su propia postura. 

Para 1999, con una nueva oportunidad de alternancia, los opositores al PRI, Vicente Fox (PAN) y Cuauhtémoc Cárdenas (PRD), no pudieron superar sus diferencias para unir esfuerzos y derrocar al candidato priista Francisco Labastida Ochoa. “Haciendo un balance, decidí apoyar a Fox, era la mejor opción”. Una protesta se dibujó en los rostros de los asistentes. “¿Quién, que haya votado por Fox, cambiaría hoy su voto por Labastida?” Nadie de los presentes lo haría. 

Y en esa administración siguieron las preguntas, dirigidas ahora a su experiencia como Secretario de Relaciones Exteriores, con el caso del comes y te vas. Uno de los momentos más intensos en su paso por el cargo y parte de los relatos autobiográficos contenidos en la obra.

“Fidel nos quería mover el tapete porque Fox y yo no queríamos seguir con la hipocresía del PRI en sus relaciones con Cuba”, explicó, e hizo hincapié sobre la importancia que las luchas por la libertad política, ideológica y de prensa ejercían en los impulsores principales de Fox. “El PRI hace tranza con todos, está en el chip”, dijo el canciller para provocar risas y aplausos.

Sin represión.
Cuestionado sobre nuestro presente, Castañeda localiza lo que a su óptica son los tres grandes tropiezos de Peña:
“Armó un muy buen programa de reformas. El grupo al que Peña delegó ese programa de reformas, o no estuvo de acuerdo con ellas o no lo entendió. Sumado a esto, el Pacto por México era un acuerdo PRIAN. Lo era. Pero la búsqueda por integrar al PRD diluye la fortaleza del programa por incluirlo dentro de una estrategia que no le sirvió. Y en tercer lugar lo venció la frivolidad”.

El ex-canciller confiesa que quisiera creer que Peña Nieto comprende que es necesario un golpe de timón, ya que alega que un presidente con 37% en niveles de aprobación carece de la influencia necesaria para hacer su voluntad.
Al ser interrogado sobre la distancia entre el clima de represión que se vivía a mediados del siglo XX y el de ahora, Castañeda opina que México es un país cada día más libre, en comparación a hace 20, 30 años. “La represión hoy es endeble, esporádica y localizada.”

El némesis que se ha dejado atrás.
Habiendo abandonado el ala izquierda de la política mexicana, Castañeda es sincero al decir: “Comprendería que la gente votase por Andrés Manuel (López Obrador), no estaría de acuerdo pero lo comprendo. Andrés Manuel tiene el mejor eslogan de todos: Se-los-di-je. Comprendo que la gente opte por darle la oportunidad”.

Antes de partir, después de una hora de preguntas y respuestas, de relato y remembranza, el político se dedicó a plasmar su firma en las páginas de su propio libro, como firmando de una vez, para dar fin a nuestro viaje por la memoria colectiva.

Por Manuel Cázares

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